En Fasta siempre se plantea la importancia de volver al origen; y en este aspecto la comunicación en la Iglesia se encuentra en ésta etapa: conocer para producir.
Nos encontramos en un momento en el que se requiere tomarnos un tiempo para pensar y formarnos sobre comunicación para poder así luego abordar las siguientes etapas que son: producir para cambiar y, finalmente, cambiar para poder disputar en la escena simbólica.
El rol de comunicador en la Ciudad Miliciana a pesar de que pasen los años no cambia, lo que se renueva son las herramientas, las estrategias, los canales y el modo de hacer esa comunicación. El rol siempre será ser instrumentos de Dios para anunciar el Evangelio.
Por ello la misión de todo comunicador de la Ciudad Miliciana, sin importar a qué ámbito pertenece, es enseñar la verdadera comunicación a sus comunidades, porque todos tienen que aprender a comunicar el amor de Dios con alegría.
El estilo es imagen del carisma
El carisma es un don que el Espíritu Santo ha derramado sobre Fasta, no por sus propios méritos o los de su Fundador, que son muchos, sino por ser un movimiento de la Iglesia Católica. Este carisma configura un modo original en el que nuestra institución y sus miembros ponen sus talentos -como en la parábola- en las manos del Señor. Y es Él, quien nos regala nuestra vocación y misión: contribuir a la evangelización de la Cultura, la Familia y la Juventud.
Entonces, ¿qué es el estilo? La expresión más auténtica de ese “modo” de ser y obrar que tiene Fasta para cumplir su misión en el mundo. Mientras que nuestro carisma se mantiene inalterable con el paso del tiempo, el estilo es un componente dinámico, que resolviendo en la temporalidad la tensión entre lo esencial y lo accidental, nos distingue, nos confiere identidad.
Hecha esta necesaria aclaración, creemos que también hay un estilo comunicacional de Fasta, que es imagen de nuestro carisma. La labor que nos toca como comunicadores será entonces, custodiar la cohesión y coherencia de este estilo comunicacional, para poder transmitir de manera efectiva qué es lo que somos, es decir nuestra identidad y nuestro carisma.
Hay un modo de comunicar en Fasta que se identifica por buscar transmitir el mensaje con alegría y esperanza; haciendo foco en la vida comunitaria, el amor a la Patria y procurando destacar y cuidar las cualidades que identifican al hombre y la mujer.
¿A qué hacemos referencia con “enseñar la verdadera comunicación”?
En primer lugar podemos tomar como modelo a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, quien desde su rol de comunicador supo leer la realidad e identificó que a ésta sociedad, a la que hoy tenemos que llegar, hay que hablarle con una sonrisa, con emoción y desde el humor.
En esta lectura de la realidad el Papa enseña algunos puntos que todo comunicador debe tener en cuenta al momento de querer comunicar:
- Se debe leer al mundo poniendo como centro a la persona.
- Todo mensaje tiene que empezar escuchando.
- Se debe presentar un mundo menos oscuro.
- La comunicación debe ser siempre limpia y completa.
- Hay que comunicar con el corazón.
Como comunicadores de la Ciudad debemos tener en claro que Fasta no es el centro de nuestro mensaje, sino que es Jesucristo. Por eso nuestra misión no requiere solamente de conocimientos técnicos y académicos sino que exige ponerse en el lugar del otro para que, con empatía, podamos acercar a la gente a Cristo, siendo este nuestro punto de llegada.
¿Cómo transmitir como Ciudad el mensaje de Cristo al hombre de hoy?
La técnica más efectiva pero la que menos se está usando es la que hoy realmente irrumpe con toda estrategia, se trata de la comunicación persona a persona.
El hacer comunicación se ha transformado en sinónimo de usar canales digitales y programas de diseño para crear flyer, publicaciones y reels, entre otros tipos de materiales. Esto no se tiene que dejar de hacer y es importante que se haga con profesionalidad pero sí se debe dedicar tiempo y creatividad a la verdadera comunicación aquella que supone un feedback, es decir que una persona ante un mensaje reaccione o tenga una respuesta.
Con las estrategias de comunicación en la Iglesia lo que buscamos es generar comunidades y esto no se logra por la cantidad de mensajes que enviemos sino por la calidad y la cercanía que tengan esas comunicaciones, es decir llegar con nuestros mensajes al corazón de la otra persona.
