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Santa Juana de Arco

Santa Juana en medio de estas vicisitudes, encarna el amor a nuestros ideales: Dios, Iglesia y Patria. Ya que ella respondiendo a la misión que le fue encomendada, encabezó distintas acciones para liberar a Francia

Santa Juana de Arco

Sobre su vida

Juana de Arco nació el 6 de enero de 1412 en la pequeña comuna francesa de Domrémy, en el seno de una familia campesina acomodada. Su infancia quedó marcada por la cruel y sangrienta Guerra de los Cien Años, que enfrentó al primogénito de Carlos VI de Francia con Enrique VI de Inglaterra por el control del trono francés. Mientras las tropas asolaban el país, la pequeña Juana, de tan solo trece años, se enfrentó a una serie de visiones divinas que cambiarían su vida para siempre. Según sus declaraciones, San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita le aconsejaron llevar una vida devota y piadosa. Una misión que ella lideraría al frente del ejército francés.

A pesar de sufrir el rechazo del príncipe Carlos en múltiples ocasiones, la delicada situación que atravesaba Francia en esos momentos obligó al futuro monarca a confiar en la guerrera. Juana consiguió derrotar al enemigo y levantar el cerco de Orleans. Una importante victoria que permitió en 1429 la coronación de Carlos VII de Francia.

Tras cumplir su cometido, Juana dejó de escuchar las voces de aquellos santos que le encomendaron tan osada tarea y decidió regresar a casa. Un deseo interrumpido por la insistencia de sus superiores, que solicitaron su presencia en el ataque contra París de ese mismo año o el asedio de Compiègne, lugar donde fue capturada por los borgoñones.

A merced de los ingleses, Juana de Arco fue juzgada por un tribunal eclesiástico acusada de brujería, tras asociar las voces de su cabeza al mismísimo diablo. Esta versión tenía como objetivo vender a Carlos VII como seguidor de esta criatura maligna, para así desprestigiarlo frente al pueblo. Después de tres meses defendiendo su inocencia, la heroína de Domrémy fue quemada en la hoguera el 30 de mayo de 1431. Un destino triste e injusto que empujó al papa Calixto III a revisar su proceso de ejecución. Siendo beatificada y canonizada siglos más tarde, en el año 1920, el mismo en que fue proclamada patrona de Francia, país por el que dio la vida.

¿Por qué es la patrona de la Sección Adalides?

Esta santa francesa, es particularmente cercana a santa Catalina de Siena, Patrona de nuestras milicianas. En efecto, son dos mujeres jóvenes del pueblo y laicas ; dos místicas comprometidas, en medio de las realidades más dramáticas de la Iglesia y del mundo de su tiempo. Quizás son las figuras más características de las «mujeres fuertes» que, a finales de la Edad Media, llevaron sin miedo la gran luz del Evangelio a las complejas vicisitudes de la historia.

La Iglesia, en ese período, vivía la profunda crisis del gran cisma de Occidente y guerras. Santa Juana en medio de estas vicisitudes, encarna el amor a nuestros ideales: Dios, Iglesia y Patria. Ya que ella respondiendo a la misión que le fue encomendada, encabezó distintas acciones para liberar a Francia, no solo por su estrategias militares, sino construyendo la invisible presencia de Dios en su corazón por la plegaria cotidiana. Se mantuvo fiel y prudente (virtudes de la sección adalides) durante el servicio a Dios y a las almas en sus diversos combates. 

Esta semblanza de Santa Juana nos permite reconocer la cercanía y testimonio de su vida para las jóvenes adalides. 

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