¿Por qué Santa Catalina de Siena?
¿Por qué no una santa más moderna?
¿Por qué mejor no elegimos un modelo más “accesible”?
Lo cierto es que Catalina fue una mujer muy grande, Dios la hizo grande, y es por ello que su figura trasciende el tiempo y las geografías. De alguna manera Catalina es un paradigma, es decir, un modelo de mujer santa que interpela y anima a hombres y mujeres de todas las épocas.
Podemos decir que Catalina es “siempre nueva”, porque en ella habita el misterio de Dios, la Palabra de Dios que nos trae la permanente novedad. Y esta Palabra habitaba en ella de una manera total, en ella se cumple aquello de San Pablo: “Ya no soy yo, es Cristo quien vive en mí”. En Catalina habitaba el Cristo total, su cabeza y sus miembros.
¿De dónde procede la grandeza de la santa? Un día Jesús le dijo: “Hija mía, tú eres la que no eres y Yo soy Aquel que soy”. Esta verdad es la que llevará a conformar toda su vida espiritual, será de alguna manera su lema de vida. Sabiendo que era nada, confiaba todo a Dios. Ella, convencida de su nada, elevaba ruegos al Señor para que sea Él quién obre sus maravillas. Eso sí, Catalina entregó “toda su nada” para que Dios sea todo en todos.
Veamos algunos puntos de la vida de Catalina que nos muestre la vigencia de su testimonio:
● Mujer en salida
● Amor a la Iglesia
● Embajadora de la paz
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