El viernes 28 de junio se reunieron en las oficinas de Fasta de la Abadía de San Benito, CABA, miembros de la Dirección de Formación, Comunicaciones, Sistemas y consultores externos, para evaluar la implementación de inteligencia artificial en los productos que estas áreas desarrollan en conjunto para la Ciudad Miliciana.
La jornada comenzó con la visita del Padre Presidente de Fasta, Pbro. César Garcés, quien dirigió una reflexión a los participantes sobre la importancia de leer la realidad y los signos de la providencia en nuestro tiempo. En ese sentido, que un grupo de milicianos se reúna a hablar de inteligencia artificial aplicada a la formación, es un signo de Dios, y también permite que Fasta asuma los desafíos que plantean las nuevas tecnologías.
Durante la jornada, se discutió el marco ético para la implementación de estas nuevas herramientas a través del pensamiento del Papa Francisco. Luego, se abordaron 3 dimensiones de análisis: la inteligencia artificial como un servicio para nuestros productos formativos, la construcción de una base de conocimiento para alimentar esta solución y los desafíos técnicos a sortear para avanzar en este proyecto. En este último aspecto, fue clave la participación del Mil. Santiago Cerfoglio, quien desde su empresa SecDevs, presta servicios a Fasta desde hace algunos años.
¿Qué puede aportar esta nueva tecnología a los procesos formativos de nuestros milicianos?
Si bien los fundamentos de la IA tienen más de 50 años -automatización, algoritmos predictivos, aprendizaje profundo, chatbots, etc.-, en 2022 vivimos un gran terremoto con la salida de los modelos generativos (chatGPT), capaces de procesar una gran cantidad de datos y expresar en lenguaje natural (como hablamos y leemos) la información almacenada en una base de conocimiento.
Los beneficios inmediatos de implementar IA generativa en nuestros productos formativos se verán reflejados en tres aspectos centrales:
– Mejoras en la interacción con el usuario a través de chats conversacionales.
– Acceso simplificado a documentos, imágenes, videos, audios a través de un asistente virtual.
– Generación de nuevo contenido (textos) a partir de una base de conocimiento propia.
Este último aspecto es el verdaderamente innovador, cuando se llegue a “afinar” un modelo para cubrir nuestras necesidades formativas y se ponga a disposición de la Ciudad.
Una de las conclusiones más destacadas de la reunión es la necesidad de contar en Fasta con un comité de ética para ir viendo como avanzan este tipo de nuevos proyectos.
¿Conocemos todo lo que la IA nos puede brindar?
Cada nuevo desarrollo tecnológico, en sus inicios, se asemeja a la tecnología que la precede, hasta despegarse de ella y crear su propio lenguaje. Pasó con el cine y el teatro, con la tv y el cine, y con el streaming y la tv. Nadie podría afirmar hoy que Netflix es lo mismo que sentarse a esperar a las 22hs que empiece la película que buscaste en la revista del cable…pero en sus comienzos, parecía una alternativa, no un cambio de reglas de juego.
Con la IA pasa algo similar. Estamos “rasgando” la superficie de un profundo cambio sociocultural, quizás más importante que la Revolución Industrial.
Vayamos a un ejemplo más concreto. Cuando se popularizaron los buscadores (Altavista, Yahoo y finalmente el reinado de Google), parecía que toda la información del mundo quedaba al alcance de nuestras manos. Para los que veníamos del Encarta (¡se te cayó el carnet!), esto fue un mundo de diferencia. El conocimiento ya no se limitaba a los 600mb de un CD.
Lo que los buscadores hacen, y siguen haciendo cada segundo, es recorrer con bots todas las páginas de Internet e indexarlas (registrarlas, ordenarlas) de acuerdo a diferentes criterios. Por eso cuando introducimos una búsqueda nos arroja un listado de páginas, de imágenes, de videos… la capacidad de procesamiento se enfoca en encontrar no en entender, y este es el principal cambio que trae la IA. Los grandes modelos de lenguaje (en la jerga LLM) ponen toda su capacidad de procesamiento en “entender” la información ya indexada, y a partir de ella “generar” un nuevo contenido. Estos modelos han sido entrenados con millones de parámetros para reconocer y predecir los elementos de un sistema. Ya sean cálculos, imágenes o el mismo lenguaje humano.
La capacidad generativa de la IA va a cambiar para siempre la forma en que accedemos a la información. Otro capítulo aparte será analizar los riesgos que esto conlleva, que se potencian con dispositivos que escuchan, ven, nos localizan, conocen nuestros gustos, etc.
Filósofos, teólogos, educadores, ingenieros, comunicadores y diseñadores abordan el desafío de innovar en el uso de nuevas herramientas, pero nunca deben olvidar que “Homero es nuevo todas las mañanas, y el diario de hoy no lo será mañana”.
