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El Padre Fosbery, nuestro amigo

En el día de la amistad miliciana, el Mil. Pablo Gaete nos comparte una reflexión sobre la experiencia de nuestro fundador con la amistad.

En el día de la amistad miliciana, el Mil. Pablo Gaete nos comparte una reflexión sobre la experiencia de nuestro fundador sobre la amistad.

En primer lugar, tenemos que nombrar a sus hermanos y amigos frailes dominicos, especialmente a Fr. Norberto Sorrentino O.P. Fr. Pablo, ya que ese fue el nombre que adoptó en la Orden, acompañó a Fr. Bernardo (Fosbery) desde seminarista y a lo largo de toda la vida. Inclusive vivieron juntos en Roma mientras ambos estudiaban en el Angelicum (1960-1962). Esa hermosa amistad perduró con los años y, a pesar de las distintas misiones que los dos tenían, siempre destinaban un tiempo para encontrarse. Cerca del final de la vida de ambos vivían en Buenos Aires. En esa época yo frecuentaba la casa del p. Norberto y lo ayudaba para que celebrara la misa. Una mañana llegó a su departamento y me lo encuentro al p. Fosbery que se encontraba charlando muy animosamente. Luego de unos 15 minutos el cura se va y me quedo con Fr. Norberto y me dice en voz baja: se vino a confesar, siempre me gusta confesarlo, es como confesar a un niño. Y concluyó diciendo: es un santo varón.

Por otra parte, se encuentran otros amigos que le dió la Iglesia y, que con el tiempo, algunos se sumaron a Fasta. Por ejemplo: Cacho D’Agostino, Ricardo Ricardi, Gonzalez Castañon, Jorge Mario Bergoglio (el Papa Francisco), Guzmán Carriquiry, etcétera. Al respecto podemos citar las palabras del Papa Francisco cuando era Arzobispo de Buenos y presentó “La Cultura Católica” en octubre de 1999:

“Quiero agradecer al Padre Fosbery porque me hizo bien y nos hace bien, una referencia a la memoria, a la Parroquia de Flores donde los dos con diferencia de años militamos en la Acción Católica (…) esa memoria de ver hacia atrás y observar cómo el Señor teje amistades, compañerismos, va haciendo la Iglesia. Ese recuerdo me hizo bien, es la memoria que de última instancia nos va a aportar el misterio nuevamente, y nos pone adelante.”

Mons. Jorge Mario Bergoglio en “Fosbery O.P., Fr. Aníbal E., La Cultura Católica Tomo 1, Editorial MDA, 2da. Edición escrita, Buenos Aires, 2017, p. 11.

Por último, también todos sus hijos de Fasta (sacerdotes y laicos). En cierto modo, Fr. Aníbal además de ser padre espiritual era una persona cercana y afable que compartía de un modo sencillo con todos los milicianos. Se ocupaba de cada uno con dedicación y esmero. La gran mayoría de los miembros de Fasta, sobre todo los primeros que compartieron mucho con él, pueden decir que aparte de ser su padre también era su amigo.

La amistad fue un tema central en la vida del cura. Tan es así que acuñó el concepto “amistad miliciana” para denominar esa realidad que se generó en el movimiento y daba vida a las comunidades. No es casualidad que la estrategia de la Ciudad Miliciana sea formar comunidades. Todo surge de ese inmenso don de Dios que es la amistad.

El P. Fosbery realizó unas hermosas reflexiones en el año 1985. Dejamos un fragmento destacado que muestra el valor que el p. Fosbery le daba a la amistad.

“Esta amistad social que se nutre en la confianza mutua, en la simpatía, en la afabilidad, tiene que darle a la institución ese tono juvenil, permanentemente que le da la posibilidad ilusionada de pensar que estamos siempre en posibilidad de resucitar y volver a nacer. Y no los tonos dramáticos, ¡por  favor!   No  nos  transformemos  en tecnócratas  planificadores  de  la  realidad  asumida dramáticamente con todas las dificultades, no. No nos hemos reunido para eso. Si nuestra amistad, nuestra convivencia, nuestro mutuo amor de benevolencia hace que fracase algún proyecto porque no estamos dispuestos a pelearnos entre nosotros para sacar adelante algún proyecto, ¡pero que fracase el proyecto! Es más importante nuestra concordia que todos los proyectos que podamos tener.”

 Fosbery O.P., Fr. Aníbal E.; REFLEXIONES SOBRE LA AMISTAD EN F.A.S.T.A., Dadas por Fr. Dr. Aníbal Ernesto Fosbery O.P. a los miembros de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino en el mes de septiembre de 1985.

El P. Fosbery fue un maestro pero primero un testigo. Con su vida nos demostró aquellas cosas por las que vale la pena jugarse y entregarse. Entre ellas, una amistad sincera y alegre. El desafío que nos queda a los milicianos de Fasta es continuar su legado siendo signo del Reino de los Cielos en el mundo. 

Mil. Pablo Gaete
General Alvear, Mendoza
27 de noviembre de 2023

Para acceder a la conferencia completa del p. Fosbery sobre la amistad miliciana podes hacerlo en el siguiente link: La amistad miliciana – P. Fosbery

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