Para la XCVIII Jornada Mundial de las Misiones 2024 el Papa Francisco invita a reflexionar a partir de la parábola evangélica del banquete nupcial. A través de ella Jesús explica que el Reino de los Cielos se parece a un rey que celebra las bodas de su hijo. Cuando envió a sus servidores a avisar a los invitados que el banquete estaba servido, todos se negaron a ir. Al enterarse el rey se indignó y les dijo a los servidores que salieran a los cruces de los caminos e invitaran a todos los que encontraban.
El lema que el Santo Padre eligió para este año es “Vayan e inviten a todos al banquete” (Mt. 22,9). En su mensaje elige desgranar esta frase e ir profundizando en cada uno de sus aspectos: “vayan e inviten”, “banquete” y “todos”.
En relación a “vayan e inviten” recuerda que el compromiso prioritario de la Iglesia es el anuncio del Evangelio en el mundo contemporáneo “todo cristiano está llamado a participar de esta misión universal con su propio testimonio en todos los ambientes, de modo que toda la Iglesia salga continuamente con su Señor y Maestro a los cruces de los caminos en el mundo de hoy”.
La segunda palabra sobre la cual posa su reflexión es “banquete”. A partir de ella nos dice “mientras el mundo propone los distintos banquetes del consumismo, del bienestar egoísta, de la acumulación, del individualismo; el Evangelio, en cambio, llama a todos al banquete divino donde, en la comunión con Dios y con los demás, reinan el gozo, el compartir, la justicia y la fraternidad”. Además destaca que la oración diaria y particularmente la Eucaristía hacen de nosotros peregrinos-misioneros de la esperanza.
Por último ahonda sobre el concepto de “todos” y el momento particular de la Iglesia “La misión universal requiere el compromiso de todos. Por eso es necesario continuar el camino hacia una Iglesia al servicio del Evangelio completamente sinodal-misionera. La sinodalidad es de por sí misionera y, viceversa, la misión es siempre sinodal. Por tanto, una estrecha cooperación misionera resulta hoy aún más urgente y necesaria en la Iglesia universal, así como en las Iglesias particulares”.
El Papa Francisco dirigiéndose a los misioneros expresa: Queridos hermanos, vuestra generosa entrega es la expresión tangible del compromiso de la misión ad gentes que Jesús confió a sus discípulos: «Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos» (Mt 28,19). Por eso continuemos rezando y dando gracias a Dios por nuevas y numerosas vocaciones misioneras dedicadas a la obra de evangelización hasta los confines de la tierra.
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