Por Laura Cunietti
Vivimos en una época en la que los jóvenes experimentan la vida a través de pantallas. Ya no es necesario salir o relacionarse cara a cara; todo está al alcance de un clic, un “like” o una inteligencia artificial. Vivimos en una época en la que la palabra “compromiso” se percibe como sinónimo de “opresión”, donde todo es pasajero y desechable, y el placer se valora por encima de cualquier virtud.
En medio de esta sociedad adormecida, Dios nos envía a un papa con un espíritu profundamente misionero y evangelizador.
¿Quién era Robert Francis Prevost?
Eso fue lo que muchos nos preguntamos al ver a este joven cardenal salir al balcón del Vaticano como el nuevo sucesor de Pedro. Rápidamente, descubrimos que no era un hombre de escritorio. Al igual que los apóstoles, dejó su tierra para llevar a Cristo a los lugares donde se lo necesitaba.
El Papa León XIV enciende una nueva llama en la Iglesia universal, que hoy más que nunca está llamada a salir y proclamar el Evangelio. Este fue, a grandes rasgos, su camino misionero antes de recibir la gran misión en Roma:
- Tras ordenarse como sacerdote agustino en 1981, fue enviado a la misión de Chulucanas, en Perú, donde sirvió como vicario parroquial de la catedral y canciller de la diócesis. Más tarde, de regreso en Estados Unidos, trabajó como promotor de la pastoral vocacional y director de misiones agustinianas en Illinois.
- En 1988, volvió a Perú para misionar en Trujillo, donde lideró proyectos formativos agustinianos y se desempeñó como profesor y director de estudios en el centro de formación sacerdotal. Participó en la fundación de la parroquia Nuestra Señora de Monserrat y la capilla Nuestra Señora, Madre de la Iglesia (perteneciente a la parroquia Santa Rita de Cascia).
- En 1999, asumió como prior provincial de Nuestra Señora del Buen Consejo de Chicago, y en 2001 fue elegido dos veces como prior general del Ordinario de los Agustinos.
- En 2014, fue nombrado administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo, y en 2015, consagrado obispo de esta misma diócesis.
- En 2023, el papa Francisco le confió la tarea de liderar el Dicasterio para los Obispos, un cargo clave en la Iglesia a nivel global.
El Papa León XIV no solo nos recuerda la urgencia de evangelizar: nos interpela personalmente. Su vida misionera, marcada por su carácter sereno, su gran capacidad de escucha, su formación teológica y su enfoque intercultural, es un llamado a salir de la comodidad y de la fe vivida a medias.
“Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes de diálogo, siempre abierta a recibir con los brazos abiertos a todos, a todos aquellos que necesitan nuestra caridad, nuestra presencia, el diálogo y el amor”.
(Mensaje del papa León XIV en San Pedro, el día de su elección el 8 de mayo de 2025)
En un mundo anestesiado, los jóvenes están llamados a despertar, a dejar la pantalla y redescubrir que la misión no es una tarea para unos pocos, sino una invitación para todos.
El corazón joven, al encontrarse con Cristo, ya no puede conformarse con poco. Busca lo grande, lo verdadero, lo eterno y no hay nada más grande que dar la vida por amor, como lo hizo Cristo, y como lo hacen tantos misioneros en silencio, cada día, en los rincones del planeta.
“Vayamos adelante, seamos discípulos de Cristo, Cristo nos precede”.
(Mensaje del papa León XIV en San Pedro, el día de su elección el 8 de mayo de 2025)
Hoy, más que nunca, la Iglesia necesita jóvenes en salida. Jóvenes que se animen a amar con radicalidad, a servir sin esperar aplausos, y a anunciar con valentía que Jesús vive y transforma.
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Referencias: