Vivimos un mes lleno de gracias con dos hechos históricos tanto para la Ciudad Miliciana como para la Iglesia. El 13 de agosto, en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario el Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Monseñor Enrique Eguía Seguí, ordenó sacerdote al entonces diácono Juan Ignacio Rodríguez Barnes. Y el sábado 20 de ese mismo mes, en la capilla del Colegio Fasta Monseñor Aneiros de Flores, renovó su compromiso temporario la Catherina María Belén Sironi e hizo su primer compromiso la Catherina Florencia Bavetta.
En la celebración eucarística en la cual Juan Ignacio recibió el orden del presbiterado Mons. Eguía Seguí animó a los fieles presentes a dar gracias a Dios por el don de la fe y que cada uno pueda descubrir en su historia aquellos acontecimientos que han provocado su encuentro personal con Jesús.
En ambas celebraciones estuvo presente el Padre Presidente de Fasta, Pbro. César Garcés Rojas; el Regente de la Fraternidad Apostólica Tomás de Aquino, Pbro. Andrés Quiroga Ramella; la Regente de la Fraternidad Apostólica Santa Catalina de Siena, Cath. Ángela María Varela; fuimos acompañados por nuestros hermanos frailes dominicos; y participaron autoridades del Directorio de Fasta y miembros de la Ciudad Miliciana.
Los nuevos consagrados son signo de la tarea apostólica que realiza Fasta evangelizando la cultura, la familia y la juventud. Juan Ignacio, María Belén y Florencia se han entregado a la voluntad del Padre para ser apóstoles de Cristo, mensajeros de la Palabra y quienes acompañan espiritual y doctrinalmente a los laicos para que puedan cumplir su misión de servir a la Iglesia.