El crecimiento de la Ciudad Miliciana y el surgimiento de nuevas comunidades y fundaciones exige estar en constante búsqueda de misioneros. Llevar el mensaje de Cristo a través del carisma de Fasta es el objetivo principal que asumen aquellos que, con vocación apostólica, deciden dejar de lado su vida actual para radicarse en nuevos lugares y poner sus talentos al servicio del otro.
El Papa Francisco explica que la misión no es una obra de cada uno, sino de Dios, ya que no la hacemos solos, sino movidos por el Espíritu Santo y estando dóciles a su acción.
También es importante recordar que el Concilio Vaticano II enseña que toda la Iglesia es misionera, y la obra de evangelización es un deber fundamental del Pueblo de Dios. Es por ello que el anuncio es una dimensión vital para la Iglesia porque desde su nacimiento tiene estas dos características: apostólica y misionera. Todos los bautizados debemos vivir en estado de misión y somos responsables de la misión de la Iglesia. En este tiempo, de manera especial, el laico está llamado a dar testimonio con su vida y aportar lo mejor para la construcción del Reino de Dios.
La Ciudad Miliciana necesita de vocaciones apostólicas para seguir colaborando con la misión de la Iglesia. En el 2025, gracias al paso del Espíritu Santo sobre las comunidades, se abrirán convocatorias para Fasta Kinshasa, Región Pacífico y para las fundaciones de Fasta Argentina. Este llamado requiere el compromiso de ir a vivir a otro lugar, adaptarse a nuevas culturas y a entregar con creatividad y generosidad, lo mejor de cada uno sin escatimar.
Si estás buscando cómo poner tus dones al servicio de Fasta comunicate con la Dirección de Promoción Apostólica de Fasta enviando mail a dpa@fasta.org.ar.