Jóvenes de entre 18 y 30 años participaron de la Peregrinación camino a la Jornada Mundial de la Juventud del 20 de julio al 7 de agosto que fue organizada por la Dirección de Jóvenes de Fasta junto con la empresa Ven Turismo.
Durante el recorrido estuvieron acompañados por el Pbro. Lisandro Scarabino quien al comentar sobre el encuentro dijo: “Lo primero que se me viene a la mente es caminar con la Iglesia. Esto se lo escuchamos decir muchas veces a nuestro Fundador. Y en estos días hemos experimentado la alegría de hacerlo. Porque la peregrinación fue un responder a la invitación del Papa y una vez allí, poder experimentar lo que es la Iglesia”. Luego manifestó “sin dudas que todos hemos vuelto diferentes de esta experiencia. Hemos vuelto más enamorados de la Iglesia y también hemos vuelto a encontrarnos con nuestro carisma y nuestra espiritualidad”. Además, el Pbro. Pedro Giunta también estuvo presente durante la primera parte del viaje.
Por otro lado, el Director de la Dirección de Jóvenes, Leandro Flocco agregó “participar de este tipo de actividades renueva a Fasta. Nos permite tomar conciencia de la dimensión universal de la Iglesia y de la riqueza de carismas que suscita el Espíritu Santo”. Esta Jornada ha permitido también que nuestros jóvenes de Argentina y España se conozcan y reconozcan entre ellos, a pesar de las diferencias culturales, que todos respondemos al mismo llamado: a ser apóstoles de Cristo y anunciadores del Evangelio en nuestras patrias”. Por último agregó “que Fasta esté presente en la jornada también es signo de nuestra fidelidad al Papa y a nuestra Madre, la Iglesia”.
En el discurso que expresó el Santo Padre en la vigilia con los jóvenes les habló de que “la alegría es misionera”, en relación a esto los animó diciendo “No se trata de llevar una alegría pasajera, una alegría de momento. Se trata de llevar una alegría que cree raíces. Y me pregunto: ¿cómo podemos convertirnos en raíces de alegría?”
El recorrido de la Peregrinación
Los peregrinos se concentraron en la ciudad de Madrid para dar inicio a este itinerario religioso y cultural que los llevó a conocer el Valle de los Caídos, el Monasterio de El Escorial, y las ciudades de Toledo, Ávila y Segovia. El 24 de julio visitaron Caleruega, lugar de nacimiento de Santo Domingo, donde celebraron una misa en la primera iglesia dedicada al santo y, luego, se dirigieron hacia Burgos. Al día siguiente, fueron a la ciudad de Cangas de Onís y visitaron a la Virgen de Covadonga. Siguiendo el viaje pasaron por la ciudad de Oviedo, León, Astorga y Sarria para finalmente iniciar el Camino de Santiago.
El miércoles 2 de agosto, habiendo llegado a Santiago de Compostela, se realizó el Encuentro de los Jóvenes de Fasta para preparar y disponer el corazón previo a la Jornada Mundial de la Juventud. Se vivió un momento de fraternidad entre los peregrinos de Fasta Argentina que llegaban de hacer el camino y los fasteanos de España y, compartieron un encuentro virtual con el Padre Presidente, Pbro. César Garcés Rojas. Antes de llegar a Lisboa, el 4 de agosto, los jóvenes tuvieron la gracia de visitar el santuario de Fátima y rezar por las intenciones de toda la Ciudad Miliciana.
La experiencia de los misioneros
Con alegría, entusiasmo y renovados en el espíritu y la misión, los jóvenes vivieron esta peregrinación como una experiencia enriquecedora y emocionante.
La Mil. Erika Marciszack de Fasta Córdoba expresó: “vivir esta experiencia de Iglesia como Ciudad Miliciana me ayudó a comprender la diversidad de carismas que el Espíritu Santo suscita. Haber compartido con los jóvenes fasteanos de España también nos ayudó a reconocer todas las gracias que Dios nos da”. Por otro lado, Chiara Scaraffia Torazza de ruca Carahué dijo “fue increíble, un tiempo de gracia del que realmente no somos conscientes. Dios nos ha mostrado mucho su amor en cada detalle del viaje. Conocer Europa es un viaje en el tiempo para redescubrir y enamorarse una vez más de nuestra vastísima cultura católica”. Por su parte, Lidia Navarro de Fasta Valencia dijo “lo que más le sorprendió fueron las palabras del Papa y ver que lo que a mí me movilizaba también generaba lo mismo en el resto de las personas que me rodeaban. Pero sobre todo, lo que más me emocionó fue el momento de la eucaristía, ver tantos jóvenes yendo a comulgar”.
