Buscar

San Pedro y San Pablo - Día del Papa

“La tradición cristiana siempre ha considerado inseparables a San Pedro y a San Pablo: juntos, en efecto, representan todo el Evangelio de Cristo”, nos dice el Papa Benedicto XVI.

San Pedro y San Pablo

Te invito a leer

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?»

Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas.»

«Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?»

Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»

Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y Yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»

Te invito a meditar

Son varios los motivos que nos llevan a recordar y celebrar a estos santos de modo conjunto. Quizá podemos comenzar diciendo que ambos son columnas fundantes y espirituales de la Iglesia. Jesús mismo le dijo a Pedro: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt. 16, 18). Con estas palabras, Pedro pasó a ser la “roca”, la piedra fundante de la Iglesia. Y también, dada esa misión por el mismo Señor, se comprometió a “apacentar el rebaño” a él confiado. También, luego de la Resurrección de Jesús, Pedro asumió ser cabeza de la Iglesia, dirigiendo y guiando a los apóstoles y encargándose de que los discípulos mantuvieran viva la fe verdadera. Por su parte, el apóstol Pablo, luego de su encuentro con Cristo y de su conversión, se dirigió a Damasco donde fue bautizado. Y desde allí pasó toda su vida anunciando el Evangelio, por eso es llamado “el apóstol de los gentiles”. Predicó la Buena Nueva sin descanso, como lo podemos constatar en todas las cartas que envía a las incipientes comunidades de cristianos.  Así lo expresaba el Papa Benedicto: “Sintiendo cercana la muerte escribe a Timoteo “he luchado el noble combate”. No es ciertamente la batalla de un caudillo, sino la de quien anuncia la Palabra de Dios, fiel a Cristo y a su Iglesia, por quien se ha entregado totalmente. Y por eso el Señor le ha dado la corona de la Gloria y lo ha puesto, al igual que a Pedro, como columna del edificio espiritual de la Iglesia”.

Ambos apóstoles, a su vez, padecieron el martirio en Roma. Fueron detenidos y martirizados en la prisión Mamertina, también llamada el Tullianum, ubicada en el foro romano en la antigua Roma. San Pedro pasó sus últimos años en Roma guiando a la Iglesia durante la persecución, hasta su martirio en el año 64. Fue crucificado de cabeza a petición propia, por no considerarse digno de morir como su Señor. Fue enterrado en la colina del Vaticano y la Basílica de San Pedro está construida sobre su tumba. San Pablo fue decapitado en el año 67. Está enterrado en Roma, en la Basílica de San Pablo de Extramuros. De allí, también, que ambos sean patronos principales de la Iglesia de Roma. 

“La tradición cristiana siempre ha considerado inseparables a San Pedro y a San Pablo: juntos, en efecto, representan todo el Evangelio de Cristo”, nos dice el Papa Benedicto XVI. Por eso es importante poder celebrar en un mismo día el testimonio de estos dos grandes apóstoles y mártires que dieron su vida por el Evangelio, anunciando y proclamando con su vida que Cristo murió y resucitó para salvarnos. 

En esta festividad de los apóstoles Pedro y Pablo le pedimos al Señor la Gracia de vivir también nosotros como apóstoles. Así nos lo enseñaba nuestro padre Fundador: “Asumir nuestra vocación de apóstoles, es decir, hombres y mujeres dispuestos a implantar la Iglesia con su sangre, como Pedro. Dispuestos a beber el cáliz del Señor, a participar con sus vidas en el misterio de la salvación y santificación que nos viene del costado abierto de Cristo Crucificado. Beber el cáliz del Señor, caminar cada uno su propio itinerario espiritual hacia el encuentro santificante con el Cristo, y desde ahí poder crecer cada vez más en comunión de amistad con el Dios, que es nuestro Padre, con el Cristo, que es nuestro hermano, el primero de una multitud de hermanos, con el Espíritu Santo que nos santifica y nos recrea en la Salvación”. 

Te invito a rezar

En esta fiesta litúrgica de los Santos Pedro y Pablo, la Iglesia celebra a su vez el “día del Papa”, por eso te invitamos hoy especialmente a unirte en oración por nuestro querido Papa Francisco:

Señor, Buen Pastor de la Humanidad,

que confiaste a Pedro y a sus sucesores

la misión de fortalecer a los hermanos en la fe

y de iluminarles en la escucha de la Palabra, 

te pedimos que tu Espíritu de Sabiduría

ilumine al Papa Francisco en su misión de Sucesor de Pedro;

que tu misericordia le proteja y conforte;

que el testimonio de tus fieles le anime en su misión

y que la tierna presencia de María sea para él señal de tu amor.

Que él sea fuerte en la fe, audaz en la esperanza y celoso en la caridad.

Tu que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo, 

por los siglos de los siglos. Amén. 

Comparte esto