El lema elegido para la jornada es “Misioneros de esperanza entre los pueblos”. Con esta frase el Santo Padre nos recuerda a cada cristiano la vocación fundamental de ser mensajeros y constructores de la esperanza, siguiendo las huellas de Cristo; y nos invita a iniciar una nueva etapa evangelizadora de la Iglesia enviada a reavivar la esperanza en un mundo abrumado por densas sombras.
En el mensaje el Papa destaca que la identidad misionera cristiana se destaca por:
- Poner la misión recibida y cada una de sus pruebas, incluso las más extremas, en manos de Cristo.
- Ser constructores y portadores de la esperanza que sale de las realidades mundanas y pasajeras y se abre a las divinas
- Ser hombres y mujeres de oración, siendo ésta la primera y más importante acción misionera que realiza todo bautizado.
En el cierre el Papa Francisco pide a la Virgen que acompañe la tarea misionera de la Iglesia y pide, en este año Jubilar “que la luz de la esperanza cristiana pueda llegar a todas las personas, como mensaje del amor de Dios que se dirige a todos. Y que la Iglesia sea testigo fiel de este anuncio en todas partes del mundo”.
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